Una Invaluable amiga...

Acababa de iniciar un nuevo cuatrimestre en la universidad, y para mi era importante porque justamente estaba reintegrándome en el Coro (Canto como actividad cultural) de mi universidad. Recuerdo que uno de mis beneficios era una beca completa para estudiar. Me había retirado por un cuatrimestre ya que había tenido algunos problemas con materias sabatinas. Bueno, fue un sábado en la tarde cuando llegué al auditorio de ensayos y comencé a saludar a todos mis amigos y compañeros. Fue cuando llegó esta hermosa trigueña. Una joven muy alta, con una sonrisa implacable y una mirada que escondía todo un mundo de pensamientos y decisiones. No se que fue, pero algo me llevó a presentarme y a conversar un momento. Al final de la clase, todos nos fuimos y sorpresa para mí fue ver que ella también iba en la misma dirección que yo. El sábado siguiente volvimos a conversar y fue cuando le pregunté donde vivía. Ella tardó un poco y luego de explicarle que la había visto caminando en la misma dirección que yo, me llamó la atención. Entonces, me respondió y era justamente la ruta que yo usaba para ir a casa, solo que ella vivía un poco antes.
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Fueron pasando los fines de semana, y cada día más conocía a aquella chica de temperamento bastante evolutivo y de acciones impredecibles. Es increíble como aun me saltan las lágrimas al pensar en ella y lo que representa para mí. Ella será una de las pocas excepciones que haré para mencionar su nombre verdadero: “Sharon”. Querida amiga, se que algún día vas a leer esto y tal vez también saltarán algunas de tus lagrimas, pero por favor no me hagas culpable de ello… la única responsable de esto es nuestra inmensa amistad.

Con el pasar de los meses Sharon llegó a convertirse en la amiga que realmente necesité toda la vida, pero gracias a Dios llegó en momentos muy duros y difíciles de mi vida. Pero, como todo en la vida, no siempre todo es éxito, también hay momentos bajos. Sucedió después de un viaje fuera del país cuando perdimos contacto por un tiempo considerable. No se porque, pero cuando retornó sentí que no le conocía. Sin darme cuenta, había dejado de hablar con mi amiga y creo que lo mismo pasó con ella. En ese tiempo sucedió lo que fue para mí la situación más difícil de mi vida: la desaparición de uno de mis mejores amigos (este será otro post). Recuerdo una noche, estábamos en una presentación del coro universitario; la depresión por la pérdida de mi amigo era tan fuerte que me fui a un lugar apartado y ahí no pude contener las lágrimas. Intente externar algunas miradas a mi amiga pidiendo auxilio. Creo que esperé demasiado y aunque ella me vio no se acercó. Esto para mi fue duro y creo que esta reacción motivó aún mas mi decisión de alejarme.

Varias semanas luego, pude conocer… perdón, ver un nuevo novio que tenia. No se porque pero desde el primer día no me agradó. En realidad tuve razón, porque lo sucedido al final lo demostró (lo siento pero me reservaré el comentario). Llegue a ver algunas facetas de mi amiga que no conocía y pude conocerle mas afondo. Varios meses después, volvimos a conversar y fue cuando nos vimos mas unidos que nunca. Mi amiga, se había convertido en una hermana para mi.

Ella sabia como escucharme, cuando necesitaba de alguien que solo me permita expresar lo que sentía, ella estaba ahí. Nunca me juzgo, nunca me calificó, siempre me comprendió, me apoyó y orientó. Disfruté a cada momento de sus locuras. Era exactamente mi opuesto. Yo era muy reservado y calmado. Ella extrovertida y alocada. Fue tanta la química entre nosotros que me adapté muy rápido. Aunque siempre me resistí a probar alguna comida que ella cocine… yo tengo razones.

Aun recuerdo cuando me dijo que se iba a mudar fuera del país, dure varios días bien triste. Ella lo sabe, amigos como ella no se encuentran en todos lados. Durante los próximos meses estuve bien solo, ella era el único apoyo que tenía aquí en RD. Al menos mantuvimos contacto telefónico siempre y guardamos la esperanza de reunirnos nuevamente… prontamente.

Un día llegó al país una persona que considero mi hermano, solo nos falta estar unidos por sangre: “Alfredo”. Le hablé sobre mi amiga y en quedó bastante interesado. Nunca me iba a imaginar, que lo que comenzó con un Hola, terminaría diciendo… si acepto.

Hoy mis dos amados y preciados amigos son marido y mujer. Alfredo y Sharon, después de conocerse sus corazones quedaron flechados de amor. Aun no lo puedo creer, y es que aquella chiquilla tan extrovertida que conocí el sábado aquel… se había convertido en la Sra. de aquel jovencito de 10 años que conocí una noche gris.

Manita, aun te extraño, pero pronto volveremos a reunirnos… como en los viejos tiempos. Gracias por estar ahi cuando te necesite, por pensar en mi cada dia y nunca olvidar nuestra amistad. Gracias no por dejar que la distancia borre tan bella amistad.