Definitivamente, en la vida nos pasan cosas que son necesarias para construir experiencias y hacer de nosotros personas más… BAHHHHHH!!! No me hagan caso, la verdad es que el pinito
R es una vaina grande y esto se extrema cuando se trata de salidas con chicas. Tan solo fíjense esta experiencia:
Leer mas... Estaba en mi primer año de universidad
R, las cosas se tornan un tanto difíciles. Una avalancha de experiencias nos invaden y, como en mi caso, algunos nos concentramos tanto en el trabajo y otros compromisos que no dedicamos tiempo a el aprendizaje de la vida diaria. Aunque me de vergüenza aceptarlo… mi caso era tan extremo que nunca había ido a un cine en Santo Domingo. Esto resume toda mi experiencia cinematográfica a solo una vez en un pequeño cine en Hato Mayor, unos 5 años antes del momento en el que nos remontamos. Entonces, tomando esto en consideración, ¿podrías adivinar cuál era mi experiencia en salidas con chicas?... exacto… NULA.
Bueno, ya era la hora y no podía echarme para atrás y mucho menos hacerle caso a mis temores, era la gran oportunidad de salir con esa chica que tanto me gustaba.
Recuerdo que como no estaba trabajando en ese momento, pues no tenía ni un solo centavo conmigo. Tomando mi situación en consideración, pues hice lo que todo hombre haría en mi situación: Invitarla y buscar el dinero prestado. Así fue como lo hice… logré conseguir que un amigo me preste 500 pesos y para ahorrarme el dinerito del taxi, le pague a un amigo la gasolina para que el nos haga el favor de llevarnos e ir a buscarnos. Todo para mí estaba estratégicamente medido, a tal punto que sabía la cantidad de bebidas que podíamos comprar, por lo que, no tenía dinero para muchos gastos.
Llegó el momento tan esperado, fui al punto de reunión y ahí estaba ella muy hermosa. Me desmonto del vehículo para saludarle y asistirle con la puerta, cuando ella me mira con su carita tierna y un poco nerviosa y me dice: “Necesito hablarte”…
Mi primer pensamiento fue: “Bueno, se barajó la vaina ó tengo que ir a hablar con el papá; Ninguna de las dos ideas me agradan”. Entonces me dice: “Esa amiga mía tiene un problema con unas materias y está muy triste, no puedo dejarla sola, y ella debe esperar hasta las 2:00 pm aquí para resolver su problema”. Me pasó de todo por la mente, pero mi única preocupación en el momento era que se me iba a barajar la salida. Pues lo que decidí hacer fue invitar a la amiga también. Ella puso una hermosa sonrisa y sus ojos brillaron tanto que se me olvidó que solo tenía 400 pesos para comprar algo para comer, tomar y algún recuerdo o presente para ella. EXCELENTE EDWARD!!... bueno no pasaron ni 10 segundos para que recuerde mi gran limitación. Ahí inició una de las vergüenzas más grandes de toda mi vida y tal vez una de las razones por las que a veces soy un poco descocido de bolsillo.
Comencé a sudar como un caballo luego de durar todo el día mudando novillos de un pueblo a otro. Las manos me temblaban pues estaba lo suficientemente nervioso como para calmarme. Llegamos al lugar y conforme fue pasando el tiempo y comenzamos a caminar tomados de la mano, me fui calmando. Yo trataba de caminar lento y por donde hubiera más sombra para que a la muchacha no me le diera sed o algo así. Sin embargo, llegó un momento en que la miré al rostro y estaba un tanto sudada y con la boca ceniza por la sed que tenía. Les invité a comer pizza, sin embargo, no tenía suficiente dinero para una entera; es por ello que decidí comprar varios Slice de una pizza.
Yo fui con todo el amor del mundo a comprarlas y cuando me entregan los 6 Slice´s que compré pues me di cuenta que solo tenía dos manos, y dar 4 viajes no me agradaba. Fue justo cuando mi mente de Analista de Sistemas y Tecnólogo en potencia, se puso a funcionar para diseñar una estrategia para llevar las 6 pizas al mismo tiempo. TARAN!!! Ya lo tengo… Puse las pizzas calientes una sobre la otra y las llevé todas al mismo tiempo. Como es lógico, el sistema dio error. No por favor, no digan que torpe ni nada por el estilo… tengo 7 años diciéndome lo mismo cada día que lo recuerdo. Las pizzas quedaron todas pegadas sobre la base del cartón de la pizza superior. Traducido: Un completo desastre. No solo ante la chica, sino ante su gran amiga.
Yo me derrumbé sobre la silla y ahí sentí como que todo se oscurecía, nunca había sudado tanto y en tan poco tiempo. Entonces comenzamos a reírnos de ellos y estas dos chicas tan geniales comenzaron a comer las pizzas… o más bien la masa que había, sin darle mucha importancia. Su reacción fue una de las cosas que más fuerzas me dieron en los meses subsiguientes.