lunes, 25 de febrero de 2008

Lágrimas Espaciales... Final

No se si estaba emocionado o enojado con la noticia, solo se que me pare y fui a mi habitación a meditar en todo eso. Al cabo de un mes nos mudamos y ni siquiera me moleste en ir a visitarle. No quería revivir todo y volver a sufrir, sin embargo, lo que no entendía es que no quería aceptar que aun estaba enamorado de ella. Unos días después de habernos instalado, ella fue a visitarnos y yo no quería tan siquiera salir de la habitación. Ya tenía la edad suficiente para saber lo que quería, así que intente nuevamente contactarle. Sin embargo no logré nada.

Recuerdo que un día íbamos caminando juntos y en medio de mi desesperación y frustración, la tome suavemente por un brazo, la halé, y suavemente intente darle un beso; lo cual después de un segundo ella reaccionó y me pidió que no lo hiciera. Ahí mismo se fue corriendo. Me fui a la casa, y cuando estaba allí le di unas trompadas a la pared y entonces se senté a meditar en lo que hice. Decidí llamarla y pedirle excusas por lo que hice, pero ella se sentía bastante mal como para hablarme. Entonces fue cuando abrí mis ojos tome una decisión definitiva: Ya todo acabó.
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2 comentarios:

Nikkei-Girl dijo...

Wow...! qué historia.
Sabes, ambos crecieron con esa relación. De eso no hay duda.
No hay nada mejor que recordar los itempos pasados y percatarnos de que somos más maduros, mejores personas que en aquellos años.
Tu aprendiste, ella aprendió y eso es lo que cuenta.

Hoy, eres quién eres gracias a esas emociones que has experimentado. ¡No olvides lo mucho que puedes amar! Eso es lo más importante.

Un abrazo enorme mi querido!

Ghost dijo...

Es cierto, ambos crecimos con ese pensamiento, por muchos años llegue a pensar que ella era la persona ideal para mi. Luego descubrí que no era asi.